Quesitos

Mirna Jocoque era intolerante a la lactosa, a ella no le causaba gracia tanta ironía -puta vida- se decía cuando le ponían crema y queso a sus chilaquiles. 
Mirna Jocoque no era fiel seguidora del amor, pero cuándo conoció a José se le cayeron los calzones y se le volvieron a subir cuando éste le dijo que se apellidaba Lechuga - puta vida- dijeron los dos, y de ahí nació el amor más puro del siglo. Mirna y José añoraban un hijo, pero les detenía el puto apellido, algo así como Lechuga Jocoque. Una vez más papi diosito hizo de las suyas, después de 9 meses de antojo de yogur, nació la Leonora, bien prieta la hija de la chingada -¡ay José! diosito se ha de andar miando de la risa- Efectivamente, ese día llovió y al parecer diosito sí tiene corazón, ya que al rato le avisaron a la pareja que le dieron el chamaco equivocado.
Leonorita fue la niña más bonita de la comarca, blanca como el jocoque y fresca como una lechuga. La Mirna y el José se merecen un final feliz. 

Comentarios

Entradas populares