Finales felices.

Cuando nació todos en el hospital se sorprendieron de su peso, según la báscula de bebés (que no estaba descompuesta) pesó 5 kilos. Los padres del bodoque gozaban de una figura macilenta -Ni modo mi flaco, tu sabes que no me gusta la leche y ya no se usan que la traigan a domicilio-.
El gordo, al año ya sabía caminar y hablar, su dentadura lechosa estaba completa a los 3 años. -¡Ay mujer pa mi que se va a morir bien pronto-.
El niño empezó a enfermarse cada semana, si no era vómito, era diarrea, sacó 6 años de comida por ambos hoyos, le quedó el pellejo pegado al hueso y sin ánimos de vivir se abrigó en la televisión. En esa época se desarrollaba la décima guerra mundial,  resulta que en el año 3003 D.I (después del internet) llegó un joven llamado Sánoj que decía ser del planeta nada vecino "Arreit"
El planeta Arreit estaba en la constelación Ademordna, desconocida por nosotros ya que estaba bien pinche lejos. El gobierno de aquél planeta pretendía establecer una relación con la tierra, ya que en su constelación no contaban con la"Astucia" una sustancia dulce que se utilizaba para crear medicamentos y tintes para el cabello.
Dada nuestra naturaleza de desconfianza y locura, no se logró el cometido de una buena comunicación con los vecinos lejanos. Declararon la guerra en contra de su peor enemigo que éramos nosotros.
Ricardito, el gordito, que ahora estaba flaquito, estaba al tanto de lo sucedido, tanto que se ilusionó con la idea de escapar de este planeta. Se levantó de la cama con la misma agilidad de un gato sin bigotes y se decidió a participar en aquel aquelarre. Desgraciadamente le encontraron cáncer de estómago y murió al año. La guerra duró 9 años, se malentendió tanto que acabaron por desaparecer ambas razas, pobre Ricardito, aún así iba a vivir bien poquito.

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